jueves, noviembre 1

"Ayuda a tus semejantes a levantar su carga, pero no a llevarla" (Pitágoras)


Ayer leí una frase que me dejó pensando largamente, decía así: “Te amo no sólo por lo que eres sino por lo que soy cuando estoy contigo” (Anónimo), es un bello aforismo, una hermosa expresión que llena muchos espacios propios y

nos refiere más a nosotros que al otro. Quizás se pregunten ¿Qué filosófico está el gordito hoy? Y si, tienen razón, esta noche estoy más para adentro que para afuera. Pero como todo aquí tiene que ver, de una manera u otra, con la obesidad aquí va mi vivencia de hoy, y no es para los gordos, sino para los que están con ellos y desean ayudarlos. Sino sabes como, en el tiempo que te tome averiguar eso, puedes hacer lo siguiente, acompáñalo, escúchalo, obsérvalo, es importantísimo que se tomen el tiempo de sondearlo, explorarlo, el obeso es un ser humano enfermo que necesita ser escuchado, hay actitudes que a primera vista parecen negativas, extemporáneas, irascibles, pero que son, en definitiva, un llamado de atención, un pedido de ayuda, muchas veces desesperado. Si eres su pareja, no lo pelees, no lo ridiculices creyendo que esa “ataque” lo hará cambiar de rumbo, por que lograrás todo lo contrario, el efecto será el inverso y pondrás a ese ser querido en más riesgo del que ya está. Debes esperarlo, contenerlo, escucharlo y, por supuesto, buscar consejo profesional, pero, en el “mientras tanto”, guárdalo, cuídalo y, sobre todo, compréndelo o, por lo menos, trata de comprenderlo. Y les dejo otro aforismo, pero este no es anónimo, lo dijo ese gran dramaturgo español que fue Jacinto Benavente: “El verdadero amor no se conoce por lo que exige, sino por lo que ofrece”
BUENA VIDA PARA TODOS











2 comentarios:

  1. es cierto...uno no puede hacer esto solo necesita ayuda especialmente del grupo familiar y con el apoyo de ellos es mucho mejor siempre... llevo bajados 8 kgs toy feliz... solo por hoy...
    e.w.

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  2. Ay mi Darío! Hoy que ando melancólica y vengo a leerte y me topo con esta sentida reflexión...

    Si tan solo se tomaran un minutito de su tiempo para ponerse en nuestros zapatos, no digo ningún otro sacrificio, solo eso, ponerse un minuto en nuestros zapatos estoy plenamente segura que la gordofóbia no existiría.

    Te envío un abrazo apretadito y frío como esta noche caraqueña.

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