viernes, noviembre 27

tu me saboteas, él me sabotea, yo me saboteo


Nuestra salud depende de nosotros

A una persona le diagnostican enfisema y deja de fumar. Meses después un amigo, que sabe que tiene la enfermedad y, sabe también, que está haciendo un esfuerzo muy grande para mejorar su situación, le ofrece fumar un habano, cuando el enfermo se niega y le recuerda que padece una enfermedad que requiere, fundamentalmente, no fumar, el amigo lo increpa diciéndole: ¡Claro, ahora no fumas un habanito, un mísero habanito conmigo y hace seis meses te fumabas 3 atados por día! ¡al final vos te vas a los extremos!
¡no cambias más! Una locura, ¿no? Pero ¿cuantas veces hemos escuchado a un obeso decir que no puede comer tal o cual comida por que está contraindicada para su enfermedad y el interlocutor lo increpa de la misma manera que mostrábamos anteriormente? o nunca escucharon decir: comete uno ¿Qué te va a hacer? o dale, date un respiro, tomate otra cerveza… etc. etc. Invitarle a un obeso una comida que no debe comer por que atenta contra su plan de adelgazamiento es como convidarle un vaso de vino a un alcohólico. ¿Se entendió bien? Otros ejemplos: “¿Pedimos una parrillada y la compartimos?”, “Mira quedo un pedazo de torta ¿quieres?”, “el queso crema light se termino, usa mantequilla que es lo mismo”, “hice tortas fritas, a vos que tanto te gustan” Todo eso sabotea nuestra recuperación, todo eso atenta contra nuestra fuerza de voluntad y colisiona contra nuestro objetivo. Entiendan que somos enfermos, necesitamos su apoyo, necesitamos su comprensión y su ayuda. Buena Vida y PD: la semana que viene tengo fecha para la operación

1 comentario:

  1. Efectivamente, eso pasa muy a menudo, pero por eso tenemos que tener en mente muy claro nuestro objetivo y sacar nuestra fuerza de voluntad de donde la tengamos escondida =P
    Un saludo!! y excelente fin de semana =D

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