lunes, abril 7

8 consejos para cocinar saludable e inteligentemente

rocura cocinar cuando aún no tienes demasiada hambre. Así te resultará más fácil evitar el "picoteo de la cocina" que tántas calorías aporta sin darnos cuenta.
lvídate de los fritos definitivamente y acostúmbrate a cocinar con técnicas más saludables, como al vapor, a la plancha, al horno o en papillote.
ecidir con prisas lo que vas a preparar para la comida suele llevarte a lo más sencillo: el picoteo, los fritos y los bocadillos. Dedica media hora el domingo por la tarde para planificar las comidas y cenas de la siguiente semana y hacer la lista de la compra necesaria para ello.
esecha las salsas ricas en grasas para acompañar tus platos. Condimenta las comidas con hierbas (perejil, tomillo, laurel), especias aromáticas (canela, curry o azafrán) y aliños preparados con limón.
uida la presentación de tus platos, porque la satisfacción que nos proporcionan no depende sólo de lo que comemos sinó también de cómo lo vemos. Una simple zanahoria tratada con imaginación puede resultar una guarnición "de lujo".

repara sólo las raciones que se corresponden con los comensales que vas a tener, pues después en la mesa siempre tendemos a acabar lo que queda en la fuente aunque ya no tengamos hambre. Si queda la comida escasa, siempre podremos completarla con una fruta o un yogur.
mplea ollas, sartenes y fuentes de horno antiadherentes, porque no requieren casi grasa extra para que no se peguen los alimentos. Si es necesario, vale la pena hacer una pequeña inversión en renovar tu batería de cocina.
s una buena idea disponer de algún plato saludable en el congelador, para emplearlo en la primera ocasión en la que no tengamos tiempo de cocinar.

voluntad


Cuando hablamos de obesidad, de obesos, de nosotros, una palabra siempre sale a la luz, insistentemente, casi diríamos inevitablemente: VOLUNTAD

Según Wikipedia “Voluntad es la capacidad para llevar a cabo acciones contrarias a nuestras tendencias inmediatas en un momento dado. Es fundamental para el ser humano. Sin ella, no somos capaces de hacer lo que realmente deseamos, tampoco podemos conseguir los objetivos que nos proponemos.”

Carecemos de voluntad, tenemos muy poquita, al menos con respecto a la comida, al menos con respecto a controlarnos con nuestra alimentación. Digo en un post antiguo que la voluntad hay que ejercitarla, todos los días, como si fuera un músculo atrofiado que hay que darle la tonalidad necesaria para que realice su función, que hay que sacarlo de ese letargo que deviene en kilos de más, muchos kilos de más.

La pregunta del millón es como hacemos para muñirnos de voluntad, como la ejercitamos, como logramos decir NO, hacer lo que debemos y no lo que la compulsión de la obesidad nos dicta dentro de nuestra cabecita.

Mi respuesta, la que yo conseguí después de tantísimo tiempo, es terapia, concentración y transformación del medio donde me desarrollo.

La terapia me brindo aceptación del problema grave que tenía, herramientas para cambiar mi estado depresivo y comprensión de por que había llegado a tal estado. La concentración en el día a día, no distraerme, por que el obeso que se distrae corre peligro, podemos comernos 6 alfajores sin darnos cuenta, distraídamente, por eso hay que estar todo el tiempo concentrados en nuestra recuperación. Y la búsqueda de modificar el medio para que se convierta en un “círculo” positivo, esto se trata de reconocer a nuestros amigos, parientes, etc.. y catalogarlos en positivos o negativos, los que nos inducen a comer, a despilfarrar salud, a olvidarse de la dieta a hacernos los distraídos por un rato para poder transgredir nuestro propósito, los que atacan nuestra exigua voluntad, esos son los NEGATIVOS. Los que nos ayudan, nos advierten, nos acompañan, los que nos invitan a caminar, los que están compenetrados en nuestra necesidad de cambio, los que entienden nuestra enfermedad y se han informado para poder ayudarnos, esos son los POSITIVOS.

Somos la persona más importantes de nuestras vidas, estamos enfermos y queremos curarnos, ahí debemos poner “voluntad” para lograrlo. BUENA VIDA PARA TODOS

jueves, abril 3

EL DORMIR Y LA OBESIDAD


Dormir demasiado o poco aumenta el riesgo de obesidad

Los resultados enfatizan la necesidad de añadir la duración del sueño a la lista de factores ambientales que son prevalentes en nuestra sociedad y que contribuyen a ganar peso y a la obesidad

Madrid (3/04/2008).- Un sueño de larga o corta duración predice un mayor riesgo de obesidad, según un estudio de la Universidad Laval en Québec (Canadá) que se publica en la revista SLEEP.

El estudio se ha centrado en 276 adultos de entre 21 y 64 años de edad en los que se registró las medidas de su constitución física y la duración de su sueño. Los investigadores compararon los cambios en los índices de grasa entre tres grupos de participantes con un sueño corto (entre cinco y seis horas), medio (entre siete y ocho horas) y largo (entre nueve y diez horas).

Los resultados mostraron que a lo largo de seis años quienes dormían durante menos y más tiempo ganaron 1,98 kilogramos y 1,58 kilogramos más respectivamente que aquellas personas con un sueño de duración media. Las personas con periodos de sueño más reducidos y de más duración eran un 35 y un 25 por ciento más propensas a ganar cinco kilogramos, respectivamente, en comparación con quienes dormían entre siete y ocho horas.

Los investigadores señalan que el riesgo de desarrollar obesidad subía un 27 por ciento en quienes dormían más y un 21 por ciento en los que dormían menos en comparación con aquellas personas con una duración media en su sueño.

Según explica Jean-Philippe Chapul, autor del estudio, "nuestro estudio proporciona evidencias de que tanto los periodos de sueño largos y cortos predicen un mayor riesgo de ganancia de peso y grasa corporal en los adultos.

Chaput indica que ya que la prevención de la obesidad es importante, incluir el asesoramiento sobre higiene del sueño además de fomentar el seguimiento de una dieta sana y la actividad física podría ayudar a controlar la epidemia de obesidad.

Fuente Azprensa.com

miércoles, abril 2

OBESIDAD INFANTIL


Una razón que con frecuencia se utiliza para no tratar a un niño obeso es pensar que el niño dejará de serlo sin tratamiento al llegar a la edad adulta; sin embargo la realidad es diferente, pues dependiendo de:

* Edad de inicio de la obesidad
* Gravedad de la obesidad

Se incrementará el riego de obesidad en la edad adulta. Cuando la obesidad se inicia entre los seis meses y siete años de vida el porcentaje de los que seguirán siendo obesos en la edad adulta es de hasta el 40%, mientras que para los que comenzaron entre los 10 y 13 años, las probabilidades serán del 70%.

La obesidad es una alteración de naturaleza metabólica, caracterizada por un aumento excesivo de la grasa del cuerpo. Un niño se considera obeso cuando su peso es superior al 20% del ideal. Sin embargo existen otras medidas más exactas:

* Índice de peso/estatura
* Calibración de la grasa subcutánea
* Medidas del pliegue de la piel/peso

La obesidad tiene varias consecuencias de orden psíquico:

* Problemas familiares
* Censura de los hermanos y amigos
* Rechazo por los compañeros de clase
* Pobre desempeño de actividades deportivas
* Baja autoestima

Asimismo, puede ser causa o efecto de enfermedades:

* Diabetes
* Hipotiroidismo

Es importante que de forma cotidiana el pediatra vea a su hijo para valorar como es su proceso de desarrollo y maduración, y en el caso de encontrar alguna anomalía, obesidad, poner inmediatamente las medidas oportunas para evitar su evolución.

TRATAMIENTO

El tratamiento de la obesidad presenta dos grandes pilares:

* Una dieta balanceada, en la que se debe tener presente: la edad del niño, sexo, estatura, etc.
* Terapia psicológica especializada
* Ejercicio



CUIDADOS

Los cuidados se encuentran dirigidos a evitar la aparición de obesidad, para ello controle:

* La comida de sus hijos
* Lo que el niño ingiere entre comidas
* El ejercicio que realiza

El niño está a nuestro cuidado, si no nos sentimos capacitados,si vemos que la situación se nos está escapando de las manos, no temamos en recurrir cuantas veces sea necesaria a los profesionales, ellos nos daran respuestas a todas nuestras preguntas y recuerden que en cuestiones de mucha importancia siempre es aconsejable la segunda opinión. Un beso a todos y BUENA VIDA

martes, abril 1

Riesgo cardiovascular por sexos en obesidad mórbida


Los varones con obesidad grave presentan unos niveles de estrógenos similares a los de las mujeres obesas o con sobrepeso.
(Jano.es)

Con independencia de las diferencias relativas al género, esto es, del mayor riesgo que presenta la población masculina, las enfermedades cardiovasculares constituyen la primera causa de muerte en todo el planeta. Unas diferencias que,

sin embargo y de acuerdo con las evidencias presentadas en el día de hoy en la ciudad de Chicago (Estados Unidos) con motivo de la celebración de la 57ª Sesión Científica Anual del Colegio Americano de Cardiología (ACC), desaparecen en la población con obesidad mórbida. No así en los pacientes obesos o con sobrepeso, dado que la equiparación entre géneros sólo se explica por los elevados niveles de estrógenos que presentan los varones con obesidad mórbida –similares, cuando menos, a los de las mujeres obesas o con sobrepeso.

Según explicó el Dr. Luigi Biasucci, de la Universidad Católica de Roma (Italia) e investigador principal de este estudio, “el riesgo cardiovascular se asocia con el género por las diferencias hormonales. Pero en el caso de que estas diferencias se reduzcan, tal y como sucede en los pacientes con obesidad mórbida, los factores de riesgo son similares”.

El tejido adiposo subcutáneo expandido provoca que los andrógenos se transformen en estrógenos, una conversión mediada por las aromadazas. Y la obesidad excesiva no conlleva ningún riesgo cardiovascular adicional. De hecho, la obesidad mórbida se relaciona con una menor incidencia de hipertensión arterial y de colesterol. Como refirió el Dr. Biasucci, “la obesidad mórbida puede jugar un efecto protector debido, cuando menos en parte, al incremento de los niveles de estrógenos. Así, el riesgo de isquemia o de infarto es menor en los obesos mórbidos que en los obesos o en los pacientes con sobrepeso”. Una obesidad mórbida, sin embargo, que a su vez se asocia con un mayor riesgo de insuficiencia cardiaca, cáncer o enfermedad pulmonar.

El estudio se llevó a cabo con 71 pacientes que no presentaban diabetes ni enfermedad cardiovascular. Los pacientes fueron divididos en 2 grupos en función de su índice de masa corporal: entre 20 y 39,9 kg/m2 (48), o más de 40 (23).

En el primer grupo, el peso, el perímetro de la cintura, los niveles de triglicéridos y de leptina y el número de hipertensos fueron significativamente menores en las mujeres. No así las cifras de HDL-C ni de estrógenos. Por el contrario, en el segundo grupo no se observaron diferencias de género. En consecuencia, concluyó el Dr. Biasucci, “en comparación con el resto de pacientes, el riesgo cardiovascular debe ser re-establecido en los pacientes con obesidad mórbida”.










lunes, marzo 31

RESPONSABILIDAD


Frente a la obesidad tenemos la misma responsabilidad que tenemos frente al cáncer, las drogas ilegales, el hambre, el calentamiento global, la contaminación, etc.
Como un flagelo mundial, pandémico, mortal y en expansión LA SOCIEDAD debe tomar medidas tendientes a reducir su impacto, a revertir su crecimiento y a curar, buscar la cura o, por lo menos, paliar en un principio, sus efectos nocivos. Lamentablemente no lo hace y muchas veces favorece o propende a su evolución y expansión.
La obesidad es una enfermedad, terrible, perversa, invalidante. Una enfermedad que nace en la mismísima esencia del estilo de vida occidental moderno. Una enfermedad sobre la que se ha construido un Imperio económico monumental. Una enfermedad que recorre de norte a sur y de oriente a occidente todo el planeta y promete con diezmarlo si no hacemos algo hoy para evitarlo.
Los Estados deben tomar cartas en el asunto, deben tener políticas claras, precisas, sin dobles discursos.

Tres puntos fundamentales:

Poner al alcance de los enfermos tratamientos, medicinas, prácticas en forma gratuita. Existen en la actualidad tratamientos y prácticas, como así también drogas, que poseen un grado muy importante de éxito en la lucha contra la obesidad, sucede que son, siempre, muy costosos y no tiene la necesaria publicidad.

Impedir que proliferen publicidades engañosas donde se abusan de los obesos prometiéndoles a los enfermos de obesidad la cura milagrosa. Y no excusarse en el tan trillado y usado malamente tema de las libertades. Ningún País es acusado de censura por no permitir que un fulano o fulana por TV ofrezca un jarabe que cura el cáncer de pulmón o un vibrador eléctrico para la parálisis facial o la viruela. Esto es exactamente lo mismo.

Educación, enseñarle a los niños como se debe comer, sacar de las escuelas la comida chatarra, obligar a las empresas que usan ingredientes maliciosos para la salud a destacarlo en sus envases en forma legible, una importante carga impositiva a los que fabrican y comercializan alimentos no saludables y dañinos para la salud. Ya lo hacen con el tabaco y el alcohol así que a no asombrarse.

La obesidad es una enfermedad y la responsabilidad es de todos, pero los Estados deben dar el ejemplo, marcar caminos, guiarnos hacia el bienestar y no abandonarnos como esta haciendo en la gran mayoría de los países, sobre todo los hispanos donde este flagelo golpea con más virulencia cada día.

Gracias por su atención, Buena Vida para todos