sábado, mayo 10

segundo gen gordo


INVESTIGACIÓN INTERNACIONAL

Descubierto un segundo gen de la obesidad

  • Las personas con estas variantes genéticas pueden pesar hasta cuatro kilos más
  • Pese a los genes, la dieta y el ejercicio siguen siendo esenciales para controlar el peso
ISABEL F. LANTIGUA

MADRID.- La ciencia lo tiene cada vez más claro: la obesidad también es cuestión de genes. Justo un año después de que investigadores británicos relacionaran por primera vez un gen -el FTO- con un mayor riesgo de obesidad, un equipo internacional da un paso más al descubrir nuevas variaciones genéticas que hacen que los adultos que las presentan sean hasta 3,8 kilos más gordos que quienes no las tienen.

El estudio que ha llegado a este hallazgo, publicado en 'Nature Genetics', ha sido realizado con muestras de ADN de 90.000 personas que se han prestado voluntarias para la causa. Gracias a este exhaustivo análisis, los ciudadanos a partir de ahora pueden echar la culpa de su exceso de kilos al MC4R, un gen que los autores han descubierto que está detrás de la obesidad.

"Varios grupos ya habían apuntado que algunas variantes en el gen MCR4 eran responsables de ciertos tipos de obesidad, especialmente la que afecta a familias enteras. Sin embargo, ahora hemos podido corroborar este punto y además averiguar nuevas variantes que afectan a más personas de las que se creía", explica en las páginas de la revista científica la doctora Ruth Loos, coordinadora de la investigación, en la que han colaborado 77 instituciones del Reino Unido, EEUU, Francia, Alemania, Italia, Finlandia y Suecia.

En concreto, el equipo ha visto que quienes presentan estas variantes del gen MCR4 pesan una media de 1,5 kg más que el resto. Si además presentan las variantes del gen FTO, descubierto en 2007, la diferencia de peso respecto a las personas que no las tienen es de casi 4 kilos (3,8). Por su parte, el perímetro abdominal es 2 centímetros mayor por culpa de estos genes.

Los efectos de estas variantes genéticas son aún más llamativos en los niños. En un estudio con casi 6.000 pequeños con edades entre los cuatro y los siete años, los investigadores encontraron que aquellos que tenían las variantes genéticas pesaban casi dos veces más que los chicos sin estos genes. Este aumento de peso fue resultado, casi exclusivamente, de un incremento del tejido adiposo, sin aumento de la masa muscular.

La herencia de los antepasados

La recién descubierta secuencia genética, que se relaciona con la obesidad y también con un mayor riesgo de desarrollar diabetes tipo 2, es más frecuente en las personas con antepasados indio-asiáticos que en aquellas con ascendencia europea, según recoge el estudio, que ha sido financiado por la Fundación Británica del Corazón.

"Hasta ahora, conocemos poco sobre el componente genético de las enfermedades relacionadas con la obesidad, como los trastornos cardiovasculares o la diabetes", explica el profesor Jaspal Kooner, otro de los investigadores del Imperial College de Londres. "Encontrar esta estrecha relación entre una secuencia genética y sus efectos sobre la obesidad es muy importante, porque nos deja en una buena posición para identificar a aquellas personas que, por sus genes, son más propensas a desarrollar patologías coronarias y poner medidas de prevención", añade Kooner.

"El papel preciso que juegan estas variantes todavía tenemos que aclararlo, pero esta investigación nos permite empezar a comprender mejor las consecuencias biológicas que experimentan las personas que las tienen", dice la doctora Ines Barroso, una de las autoras. Los investigadores se centrarán ahora en ver cómo las variantes genéticas afectan a la actividad de la proteína MC4R, que interviene en la regulación del apetito y el consumo de energía.

No obstante, a pesar de su descubrimiento, el equipo destaca que "aunque la genética puede afectar a la gordura y al índice de masa corporal, son sólo una parte de la historia: los estilos de vida, el ejercicio y una dieta sana son esenciales para controlar el peso".

viernes, abril 25

NO "SOMOS" GORDOS, "ESTAMOS" GORDOS


Los invito a realizar este ejercicio: No "somos" gordos, "estamos" gordos, a ver repitamos todos juntos ¡No Somos Gordos, Estamos Gordos!

Esto que parece a primera vista una perogrullada o una definición que no reconoce diferencias, no lo es de ninguna manera.

Por muchos años hemos venido decretando, definiéndonos, autocalificándonos, estigmatizándonos como GORDOS, nos dijimos y dijeron desde muy chicos: “somos gordos” y así seguimos por nuestra vida siendo gordos.

Es importante, si queremos dejar de estar gordos, dejar de ser gordos. Sentir que “somos” nos obliga a pensar que nunca dejaremos de “serlo” a creer que es algo fatal, irreversible: “somos”, ¿qué le vamos a hacer?, reafirmamos una condición propia y negativa que suponemos, asumimos y creemos que nos acompañará hasta el fin de nuestra existencia, como a aquel que “es” alto, petizo o rubio, nunca dejarán de serlo quizás puedan morigerar su estado pero jamás cambiarlo.

Nuestro caso es totalmente diferente nosotros no “somos”, “estamos”. Aquel que “esta” enfermo puede “estar” sano, el que “está” herido puede curarse, el que “está” solo puede encontrar compañía. Es decir, si uno “está” de determinada manera puede dejar de “estarlo” eventualmente y repetimos todos juntos: ¡No Somos Gordos, Estamos Gordos!

¡No Somos Gordos, Estamos Gordos! Y vamos a dejar ese estado si seguimos con nuestro compromiso diario en pro de nuestra salud y nuestra felicidad.

Buena Vida para Todos

miércoles, abril 23

MARCHA Y CONTRA MARCHA


Cuando comencé este blog, allá por noviembre de 2006, pesaba 162 kilos, estaba perdido en mi salud y, por ende, en mi vida. Iba, sin remedio, hacia una muerte segura.

Desde aquel día me propuse cambiar de vida, priorizar mi salud, volver a la felicidad de sentirme mejor, buscar, no la aceptación del otro, sino mi propia aceptación, en definitiva cambiar mi relación con la comida, mi relación con los excesos, encontrar, imperiosamente, el equilibrio.

El proceso es largo, con muchos obstáculos, algunos propios otros externos, doloroso, plagado de alegrías y desesperación, de momentos alentadores y tristezas deprimentes.

Siempre conté mi verdad, Ustedes fueron y son uno de los soportes más importantes de mis logros en este sentido y mi aliciente en los momentos obscuros y penosos de este largo proceso de recuperación.

De estos últimos quiero hablarles hoy. Hace tres meses he entrado en un “meseta” que no logro resolver, por diferentes causas; situaciones personales, de mi fisiología, estacionales, etc. se concatenaron y me han estancado en mi proceso de adelgazamiento y peor aún, he ganado algunos kilos de los que ya había perdido, ocho exactamente.

Por razones personales abandoné mi terapia y no consigo “enderezar” mi mente hacia la búsqueda de un nuevo terapeuta y creo que esto es la base de mi retroceso, además de situaciones que me tienen “revolucionado” y me han “sacado” el equilibrio que había logrado con tanto sacrificio.

Creí justo que Ustedes conozcan, también, esta parte de mi proceso, de mi vida cotidiana, de mi lucha.

Estas crisis nos ponen en nuestra medida, nos acomodan, nos demuestran que no debemos distraernos nunca, que es peligroso, que puede ser fatal, pero al mismo tiempo, si tenemos las herramientas, la ayuda, la convicción, reconocemos el problema y buscamos urgentemente la solución.

Hoy comienzo terapia, Solo por Hoy voy a comer como debo y he aprendido en estos años y les juro que les contaré siempre la verdad, como lo he hecho hasta ahora.

Yo sigo creyendo y estoy cada vez más convencido, que si nos ayudamos y los que tiene el deber de hacerlo, nos dan los recursos para lograrlo podremos decir GORDOS NUNCA MAS.

Gracias por su apoyo y BUENA VIDA PARA TODOS

lunes, abril 7

8 consejos para cocinar saludable e inteligentemente

rocura cocinar cuando aún no tienes demasiada hambre. Así te resultará más fácil evitar el "picoteo de la cocina" que tántas calorías aporta sin darnos cuenta.
lvídate de los fritos definitivamente y acostúmbrate a cocinar con técnicas más saludables, como al vapor, a la plancha, al horno o en papillote.
ecidir con prisas lo que vas a preparar para la comida suele llevarte a lo más sencillo: el picoteo, los fritos y los bocadillos. Dedica media hora el domingo por la tarde para planificar las comidas y cenas de la siguiente semana y hacer la lista de la compra necesaria para ello.
esecha las salsas ricas en grasas para acompañar tus platos. Condimenta las comidas con hierbas (perejil, tomillo, laurel), especias aromáticas (canela, curry o azafrán) y aliños preparados con limón.
uida la presentación de tus platos, porque la satisfacción que nos proporcionan no depende sólo de lo que comemos sinó también de cómo lo vemos. Una simple zanahoria tratada con imaginación puede resultar una guarnición "de lujo".

repara sólo las raciones que se corresponden con los comensales que vas a tener, pues después en la mesa siempre tendemos a acabar lo que queda en la fuente aunque ya no tengamos hambre. Si queda la comida escasa, siempre podremos completarla con una fruta o un yogur.
mplea ollas, sartenes y fuentes de horno antiadherentes, porque no requieren casi grasa extra para que no se peguen los alimentos. Si es necesario, vale la pena hacer una pequeña inversión en renovar tu batería de cocina.
s una buena idea disponer de algún plato saludable en el congelador, para emplearlo en la primera ocasión en la que no tengamos tiempo de cocinar.

voluntad


Cuando hablamos de obesidad, de obesos, de nosotros, una palabra siempre sale a la luz, insistentemente, casi diríamos inevitablemente: VOLUNTAD

Según Wikipedia “Voluntad es la capacidad para llevar a cabo acciones contrarias a nuestras tendencias inmediatas en un momento dado. Es fundamental para el ser humano. Sin ella, no somos capaces de hacer lo que realmente deseamos, tampoco podemos conseguir los objetivos que nos proponemos.”

Carecemos de voluntad, tenemos muy poquita, al menos con respecto a la comida, al menos con respecto a controlarnos con nuestra alimentación. Digo en un post antiguo que la voluntad hay que ejercitarla, todos los días, como si fuera un músculo atrofiado que hay que darle la tonalidad necesaria para que realice su función, que hay que sacarlo de ese letargo que deviene en kilos de más, muchos kilos de más.

La pregunta del millón es como hacemos para muñirnos de voluntad, como la ejercitamos, como logramos decir NO, hacer lo que debemos y no lo que la compulsión de la obesidad nos dicta dentro de nuestra cabecita.

Mi respuesta, la que yo conseguí después de tantísimo tiempo, es terapia, concentración y transformación del medio donde me desarrollo.

La terapia me brindo aceptación del problema grave que tenía, herramientas para cambiar mi estado depresivo y comprensión de por que había llegado a tal estado. La concentración en el día a día, no distraerme, por que el obeso que se distrae corre peligro, podemos comernos 6 alfajores sin darnos cuenta, distraídamente, por eso hay que estar todo el tiempo concentrados en nuestra recuperación. Y la búsqueda de modificar el medio para que se convierta en un “círculo” positivo, esto se trata de reconocer a nuestros amigos, parientes, etc.. y catalogarlos en positivos o negativos, los que nos inducen a comer, a despilfarrar salud, a olvidarse de la dieta a hacernos los distraídos por un rato para poder transgredir nuestro propósito, los que atacan nuestra exigua voluntad, esos son los NEGATIVOS. Los que nos ayudan, nos advierten, nos acompañan, los que nos invitan a caminar, los que están compenetrados en nuestra necesidad de cambio, los que entienden nuestra enfermedad y se han informado para poder ayudarnos, esos son los POSITIVOS.

Somos la persona más importantes de nuestras vidas, estamos enfermos y queremos curarnos, ahí debemos poner “voluntad” para lograrlo. BUENA VIDA PARA TODOS

jueves, abril 3

EL DORMIR Y LA OBESIDAD


Dormir demasiado o poco aumenta el riesgo de obesidad

Los resultados enfatizan la necesidad de añadir la duración del sueño a la lista de factores ambientales que son prevalentes en nuestra sociedad y que contribuyen a ganar peso y a la obesidad

Madrid (3/04/2008).- Un sueño de larga o corta duración predice un mayor riesgo de obesidad, según un estudio de la Universidad Laval en Québec (Canadá) que se publica en la revista SLEEP.

El estudio se ha centrado en 276 adultos de entre 21 y 64 años de edad en los que se registró las medidas de su constitución física y la duración de su sueño. Los investigadores compararon los cambios en los índices de grasa entre tres grupos de participantes con un sueño corto (entre cinco y seis horas), medio (entre siete y ocho horas) y largo (entre nueve y diez horas).

Los resultados mostraron que a lo largo de seis años quienes dormían durante menos y más tiempo ganaron 1,98 kilogramos y 1,58 kilogramos más respectivamente que aquellas personas con un sueño de duración media. Las personas con periodos de sueño más reducidos y de más duración eran un 35 y un 25 por ciento más propensas a ganar cinco kilogramos, respectivamente, en comparación con quienes dormían entre siete y ocho horas.

Los investigadores señalan que el riesgo de desarrollar obesidad subía un 27 por ciento en quienes dormían más y un 21 por ciento en los que dormían menos en comparación con aquellas personas con una duración media en su sueño.

Según explica Jean-Philippe Chapul, autor del estudio, "nuestro estudio proporciona evidencias de que tanto los periodos de sueño largos y cortos predicen un mayor riesgo de ganancia de peso y grasa corporal en los adultos.

Chaput indica que ya que la prevención de la obesidad es importante, incluir el asesoramiento sobre higiene del sueño además de fomentar el seguimiento de una dieta sana y la actividad física podría ayudar a controlar la epidemia de obesidad.

Fuente Azprensa.com