Todos sabemos que la publicidad es engañosa, toda lo es, toda. Si te pones tal camisa las chicas te siguen, si usas tal perfume los hombres hacen cola para invitarte a bailar o si compras tal automóvil la libertad será tuya, etc.
En muchos casos lo que “prometen” desde revistas, televisores, radios, afiches y todo medio a su alcance, no hace daño, además, sabemos que es mentira, que es solo un “artilugio” un “recurso” de los publicistas para dar más llegada a los productos, a nadie se le ocurriría hacerle un juicio a una Terminal Automotriz por que después de subirse a su
Pero cuando se habla de SALUD la cosa cambia, por que uno supone que si tal producto es bueno para una afección determinada tendemos a creer que así es, por que suponemos que el ESTADO habrá tomado las medidas suficientes tendientes a verificar fehacientemente que tal afirmación es verdad. Pues déjenme decirles, no es así.
La verdad es que todo lo que tiene que ver con la salud, desde los aparatos para hacer gimnasia, que pueden lesionarnos, hasta los preparados para adelgazar que nos condenan a ser gordos de por vida, pasando por las lociones para hacer crecer el pelo, hierbas anti-stress y demás yerbas no poseen ningún control más que el de “rutina” cual es, ninguno.
Los Obesos de más de 30 años sabemos que es así, por que hemos probado todos los “productos milagrosos” posibles y hemos fracasado una y otra vez, pero, siempre hay un pero, cada vez que sale “EL” producto milagroso nuevo vamos corriendo a comprarlo, es más, como estamos tan pesados, casi siempre lo pedimos por teléfono, LLAME YA. (si llame ya que si está entre los primeros mil llamados le regalaran un espejito para que lo mire y vea al tipo o tipa más idiota del planeta).
La publicidad nos miente y, muchas veces, eso nos viene bárbaro para dejar lo que estamos haciendo, por ejemplo una dieta, y nos volcamos totalmente al “nuevo” tratamiento de algas de Polinesia con jugo de mono de Somalía que dicen que es INVATIBLE y que en 30 días los kilos de más desaparecerán y nunca volverán, GARANTIZADO O LE DEVOLVEMOS SU DINERO (para que le devuelvan el dinero tiene que ir el 30 de febrero acompañados de sus tatarabuelitos bailando twist).
Los obesos somos los mejores creadores de escapes, los adalides de los subterfugios, los reyes de las excusas, en algún punto nosotros sentimos que esos kilos de más nos “protegen” del resto del mundo que nos quiere “atacar” u “obligar” a hacer algo que no queremos y necesitamos una justificación para retenerlos con nosotros y esas publicidades engañosas nos vienen de perillas para lograr ese objetivo oculto y poderos.
Debemos tomar conciencia de que la “solución” a nuestra enfermedad está en la medicina y no en la tele, que está en un tratamiento serio, profesional y multi-disciplinario y no en una revista de moda. Los medios han y hacen muchísimo daño a los enfermos de obesidad con sus dobles discursos y su “modelo” para armar de lo que debe ser un “ganador”, con sus “gurues” de la salud, sus concursos y sus falsos profetas del adelgazamiento, pero nosotros debemos, por un lado luchar contra eso, pero por el otro dejar de usarlos de excusa para dejar lo que realmente nos va a devolver la salud. La sanidad está en nosotros, recurramos a los que pueden devolvérnosla desde la ciencia y pongamos nuestra voluntad en ello.
Un abrazo y buena vida para todos.